Maido: extraordinario restaurante en Lima, Perú

En la ciudad de Lima, en una esquina que uno pasaría de largo sin pensarlo dos veces, se encuentra un restaurante que ocupa el puesto número 8 del ranking mundial: Maido. Lo que sigue a continuación es un intento probablemente inútil de describirles lo increíble que se come ahí, y la sensación de felicidad que me llenó experimentar esa explosión de sabores.

Conseguir una reserva en Maido es algo que requiere meses de anticipación, pero yo tuve suerte: como parte de nuestro recorrido con NatGeo Expeditions hacia la tierra de los Incas, nuestra primera cena en Lima fue un menú degustación en el restaurante.

Llegamos temprano, a eso de las 4:30 ó 5:00 de la tarde, un horario que no es habitual para cenar ni en Argentina ni en Perú. Lo que siguió me dejó tan satisfecha, que no quise comer nada más por el resto del día –y que yo les diga eso es mucho.

Ceviche nikkei

Tartar de toro

Una pequeña torre elaborada con la panza del atún, que se come usando una galleta de arroz como cuchara.

Sashimis

Nos indicaron que el orden para comerlo era de derecha a izquierda, e intuyo que es porque los sabores iban poniéndose más intensos, desde un sashimi de salmón hasta uno de, lean esto por favor, tira de asado con un pequeño huevo de codorniz “frito” encima (no era frito, lo cocinaban en directo con un soplete).

¿Creen que es una mezcla imposible? Yo creía lo mismo, pero fue una delicia.

Sándwich de chicharrón de pescado, con pan al vapor (bao)

Dumpling de cabrito con crema de frijoles

Bacalao fresco marinado en miso y cocinado al carbón, con puré de papas

Para esta altura tenía poco espacio libre en el estómago y el bacalao me quedó sin probar. El puré de papas (o patatas) era casi una emulsión y estaba riquísimo.

Asado de Tira deshuesado, cocinado por 50 horas a 68º de temperatura

Se cortaba solo con la cuchara y puede ser tranquilamente la mejor pieza de carne que comí en mi vida.

Postre:

Para esta altura ya estaba tan enloquecida por la comida que no llegué a entender qué era. Algo con espuma, que si alguno de los que me leen llega a saber qué es, les agradeceré el dato 😉

Es un poco frustrante tratar de transmitirles lo extremadamente deliciosa que fue esta cena en Maido, sin ser escritora especializada en gastronomía. Me faltan las palabras, los adjetivos para poder describir las sensaciones en mi paladar.

Pero puedo decirles cómo me sentí: feliz con cada bocado, sorprendida, y con la sensación de que nada de lo que había comido antes en mi vida era comparable con lo que estaba sucediendo en ese momento, tanto por los sabores como por la experiencia.

Visitar este tipo de restaurantes es sin dudas una inversión. Pero si pueden hacerlo, les recomiendo muchísimo que coman en Maido cuando estén en Lima. Después me agradecen.


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