Yo solía creer…

¿Alguna vez se pusieron a pensar en las cosas que creían de chicos (o no tanto)? En I Used to Believe están haciendo una recopilación de esas creencias infantiles, fantasiosas o sencillamente descabelladas que solíamos tener. Lo interesante de esas cosas es que no nos damos cuenta de ellas hasta que somos más grandes, y “caemos” con ciertos temas.

earring Pueden agregar sus propias creencias en I Used to Believe (pero tienen que ser en inglés), aunque a mi me gustaría abrir los comentarios acá, charlar con ustedes sobre el tema. Así que empiezo yo:

Yo solía creer que las chicas nacíamos con agujeritos en las orejas para usar aros, y los varones no. Caí en que no era así recién en 1er año del secundario.

[Vía Geek Sugar]


Comentarios

6 respuestas a «Yo solía creer…»

  1. Cuando estaba pequeño le tenia una fobia o repulsión a las venas, no podía sentir que me las tocaban porque sentía hasta que me dolían los brazos.. quería crecer para hacerme una operación y poder sacármelas o algo así.. jaja x)

  2. Avatar de fabrisaurio
    fabrisaurio

    De chico pensaba que si te pinchaba una espina y no te la sacabas se iba por las venas hasta el corazón y te lo reventaba. Recuerdo en una ocasión haberme pinchado y al no poder sacarme la espinita pase toda la noche sin poder dormir pensando que en cualquier momento me iba a morir. Ja!… como sufrí aquella noche 🙁

  3. Estoy medio apurada y no se me ocurre uno propio, pero recuerdo una compañera de la secundaria que me conto que en la primaria creia que French y Beruti, que la historia recuerda por distribuir cintas con los colores de la patria el 25 de Mayo, eran un solo señor que se llamaba "Frenchy Beruti"

  4. Primera vez que comento! (Creo)

    Arranco al revés: Dejé de creer en Papá Noel cuando me puse a pensar que no podía llegar al living de mi casa sin que lo viéramos. Pensé en un agujero en el techo, correr las maderas y entrar… Pero no, no podía entrar por ahí. Durante dos navidades cerré las puertas ventanas con llave para ver si las habría. Lo que no pensé es que si el señor de rojo no podía entrar, me iba a quedar sin regalos.

    Muy bueno el blog!, saludos!!.

  5. yo cuando chico, menos de 6 años o 7, tenía un mapa de Argentina muy grande, que era un juego en que tenías que poner las provincias como si fuera un rompecabezas.

    La cuestión es que yo creía que ese era un mapa de todo el mundo entero, que la parte azul eran los océanos y que los países limítrofes (que en el mapa aparecían en un color entre gris y celeste) eran en realidad tierras que se hundían en el agua del mar (o sea, Brasil era una especie de "costa" y Argentina era todo el mundo)

    Luego empecé la primaria y en algún momento tocó Geografía y enterarme de que mi mapa no era un mapa del mundo. Lo loco del asunto, es que yo había aprendido a ubicar en ese mapa mi ciudad y la ciudad donde quedaba "la casa de mis abuelos", y sabiendo el tiempo que tardaba entre uno y otro pueblo, podía "calcular" en mi mente cuánto tardaría en ir a cualquier parte del "mundo". Pero el problema era que lo que para mi era mi ciudad, en realidad era el "departamento" dentro de la provincia, que tenía el mismo nombre que la ciudad. Varios años después descubrí que en realidad las ciudades son unos pequeños puntos dentro de los departamentos, no es como Capital Federal que está casi toda poblada. En el interior, las ciudades son pequeñas "islas" de 20 cuadras x 20 cuadras y el resto del departamento es puro "campo" y rutas. Incluso hay varias ciudades en un mismo departamento, así como varios departamentos en cada provincia.

    El Mundo fue algo mucho más grande y maravilloso de lo que yo imaginaba.

  6. Avatar de Gabolonte Blasfemus
    Gabolonte Blasfemus

    No sé si aplica, pero yo "creía", más bien a un nivel inconsciente, que en todas partes era como en mi ciudad (Buenos Aires) y que las cuadras y las calles se extendían hasta el infinito de la Tierra. Por eso al día de hoy tengo como una obsesión con los límites geográficos, y me quedo mirando mucho cosas como calles cerradas, ciudades que terminan y a continuación es todo campo, etc. Cuando viajo al interior siempre me pongo a observar como de a poco va desapareciendo "la civilización" :P, y con más atención cuando los cambios son abruptos. También es increíble ver las diferencias a un lado y al otro de la Gral Paz, sin ir más lejos. Y lo digo viviendo en provincia desde hace años.

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *