Cómo es ser un blogger-redactor pago: verdades y mitos

Hola. Me llamo Cecilia, y quizás me conozcas de Punto Geek. O de Bitelia. Quizás de Gizmovil (hoy Celularis), o por qué no, de Sitio Geek. Es que, verás, durante un par años me dediqué exclusivamente a trabajar como blogger-redactora para otros sitios. Y hoy te voy a contar cómo es por dentro.

Entre 2009 y 2010, además de escribir en Acceso Directo, escribí a diario en todos los sitios que les mencionaba ahí arriba. Lo disfruté muchísimo hasta casi el final, cuando empecé a sentirme saturada.

Para mí, dedicarme al blogging fue una forma de escaparme de un trabajo menos que satisfactorio en un call-center, y empezar a involucrarme en algo que me divertía más. Aprendí mucho de mis jefes y compañeros bloggers, pero también me parece que el trabajo merece ser un poco desmitificado.

###En principio, no es un trabajo de eruditos

A veces, por estar escribiendo en sitios con buena reputación y muchísimos lectores, hace que nuestras palabras tengan cierta influencia en ellos, y nos creemos que estamos haciendo un trabajo excepcional.

La verdad, no es así. O mejor dicho, no necesariamente es así.

Los que hemos escrito en grandes blogs o redes, nos vimos sometidos a la presión de tener que publicar una X cantidad de posts al día (yo he llegado a hacer 9 al día), lo cual implica que el contenido elaborado y original sea dejado de lado, y en cambio tengas que sacar «con fritas» novedades al por mayor. Y seamos sinceros: cualquiera que tenga un mínimo conocimiento de Internet y del idioma puede hacerlo.

Ahí viene uno de los grandes temas: cuánto cobrar por post. Y para mí la respuesta es simple: se tiene que cobrar en función del tiempo y de la calidad involucradas.

Es fácil confundir la relevancia del lugar en el que escribimos, con la propia. Con el tiempo, te das cuenta que solo sos otro monito bloggeador de entre decenas. No hace falta ningún talento especial para traducir y apenas comentar noticias de sitios en inglés. Lo sé porque lo hice durante mucho tiempo.

No digo que esté bien ni mal, ojo. Creo que tiene su utilidad, y es el trampolín para empezar a hacer cosas mejores. Pero cuando alguien cree que por estar haciendo eso en un sitio popular, debería ganar mucho dinero, está perdiendo un poco de contacto con la cruda realidad de la tarea en cuestión (recuerden, aún estamos hablando de posts cortitos, básicos, casi sin elaboración propia).

Hace algunos días mi amigo Fabio hizo un post muy atinado (sobre todo para alguien que nunca escribió para otros) con respecto a cuánto se debería cobrar por post (un tema más que candente en el ambiente), pero también del cómo, por qué, etc. Les recomiendo la lectura.

###Hay que elegir: calidad o cantidad

Ahora, eso no quiere decir que el blogger-redactor no tenga talento, o no esté para más, y la frustración puede empezar a llegar cuando intenta hacer algo de mejor calidad y pasa una de dos cosas: la remuneración por tanto esfuerzo es igual o insignificantemente superior a la de hacer un re-posteo de Gizmodo, o la repercusión no es la que imaginaba y la motivación decae.

Otro factor en juego es cuánto se escribe por día. Si solo hacemos uno, quizás hasta dos, se puede aspirar a hacer calidad semanalmente. Pero cuando la cantidad es tan alta como la que llegamos a manejar algunos, se vuelve imposible. Creo que uno de los errores de dueños de blogs es pretender que sus freelancers hagan 5 posts «de calidad» al día, como si se dedicasen full-time, pero pagando como freelancers.

Porque hacer un re-posteo de 400 palabras te puede llevar 20 minutos. Hacer un post original, quizás de la misma extensión, te puede llevar horas. Y son dos cosas muy diferentes.

###Hace falta modelos de pago más acordes al trabajo y tiempo empleados

Ahí, las redes de blogs tienen que tener una postura, en mi opinión, más cercana a la realidad: si se le quiere exigir al blogger que realice contenido que lleva varias horas preparar, no se le puede pagar solo por el resultado final, un poquito más que eso que te lleva 15 minutos. Pero bueno, yo tampoco tengo un negocio ni una red de blogs.

En mi caso en particular, yo quería vivir del blogging. Mientras mis pretenciones salariales eran bajas (de nuevo, venía de un call center) eso funcionó muy bien. Vivía con mis padres, no tenía mayores gastos, y el estilo de vida blogger me resultaba extremadamente atractivo.

Pero a medida que empecé a crecer en mi perfil profesional, se me abrió un gran panorama de desarrollo laboral más tradicional (a.k.a. en agencias y empresas) en las cuales se me remuneraba realmente por el tiempo y trabajo dedicados, y con un salario realmente más atractivo.

Con esto no digo que lo que ganaba en otros blogs haya sido injusto. Para nada. Creo que se ajustaba a un trabajo que por momentos podía ser de buena calidad, pero más que nada era de cantidad. Mi techo estaba claro: no podía ser más que una redactora –o a lo sumo editora, que también lo fui, pero no hacía una diferencia.

###Si querés que te paguen mucho, escribí (casi) como un periodista

Con tanta comparativa de bloggers y periodistas en el pasado, me parece que es un buen momento para tener en cuenta que si queremos vivir de la escritura (algo muy noble, por cierto), tirar posts a lo pavote no nos va a llevar a ningún lado.

Los grandes blogs anglosajones que pagan muy bien a sus redactores, reciben a cambio posts de calidad periodística. Investigación, originalidad, opinión, recursos, etc. Mucho más de lo que el blogger-redactor promedio puede (o quiere) hacer.

Ahora, si de verdad es lo que te apasiona, dale para adelante, formate, instruite, escribí como un periodista y aspirá alto.

###La culpa no es del chancho

Y finalmente, cada cual es responsable de aceptar o no lo que se le ofrece a cambio de su trabajo. Yo siempre me hago cargo de lo que acepté, y a mucha honra. Fue un trabajo bien hecho, y con una paga justa en la gran mayoría de las oportunidades. Y también fue con mucha honra cuando, por mi momento evolutivo, decidí cambiar de rumbo.

Espero que este largo monólogo le sirva a quienes se preguntan cómo es vivir de escribir para otros, que no todo es color de rosas, pero cuando uno sabe qué da y qué obtiene a cambio, puede ser muy divertido.

Por último, porque los malentendidos son frecuentes cuando no hay comunicación analógica de por medio, a todos quienes pagaron por mi trabajo como blogger en el pasado, no tengo más que agradecimiento, por el lugar y los aprendizajes, y ser mi trampolín para seguir buscando el lugar en el que más feliz sea.

Un lugar que siempre cambia, y siempre te motiva a seguir creciendo.


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