Tomar una decisión no siempre es fácil. De hecho, para las decisiones importantes de la vida –elegir qué estudiar, dónde vivir, cómo invertir el dinero, si irse o no de vacaciones, etc– hacer una elección es fuente de muchísima ansiedad.
Como creo que todos nos enfrentamos con este tipo de situaciones con cierta frecuencia, no quería dejar de compartir con ustedes esta distinción que hace Seth Godin, y que vi hoy en Lifehacker: incertidumbre no es lo mismo que riesgo.
Si el resultado de elegir una opción u otra generará más o menos el mismo tipo de cambio en nuestras vidas, entonces no tiene sentido preocuparnos tanto por el mismo.
Un ejemplo simple: el típico estudiante de secundario que aplica para entrar en una cierta cantidad de universidades, tiene muy poco riesgo de no entrar en ninguna. Aplica a la suficiente cantidad de escuelas que sean acordes a tu perfil, y la probabilidad de que ingreses a alguna de ellas es alta. Bajo riesgo, pero mucha incertidumbre sobre cuál o cuáles universidades dirán que sí. Eso no es riesgoso. Eso es incierto. Requiere de fortaleza vivir con un futuro que no está claramente imaginado, pero esa no es razón para no aplicar.
Al menos a mí me da totalmente en el clavo, siendo una persona que tiende a preocuparse muchísimo por tomar «la decisión correcta» asumiendo que siempre hay un riesgo de por medio. Y a veces, en realidad, no hay un riesgo, solo hay incertidumbre.
Y la incertidumbre es algo con lo que TODOS tenemos que aprender a convivir, porque, amigos, así es la vida.
Ya que estamos, y si les interesa el tema de las decisiones, hay un efecto muy interesante que se llama la Paradoja de Fredikin y que se relaciona en parte con lo que explica Godin. Les dejo el video que hice sobre el tema hace unas semanas:
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