¡Buen lunes! ¡Volví de las vacaciones! Y aunque confieso que hubiese deseado quedarme allá básicamente para siempre, es hora de arrancar oficialmente mi año. (PD: miren todo lo que hice estos días en 2 minutos).
Introducciones aparte, esta mañana estaba leyendo en el blog de mi amigo Fabio un post muy interesante que hizo sobre la Vida y Muerte de los Memes. Una lectura muy recomendada que pueden hacer hoy mientras toman un cafecito, y que nos lleva desde el nacimiento en el micro-nicho de los memes, hasta su actual punto en el cual en tres días vemos a nuestra mamá usándolo (mal) en Facebook, y en menos de una semana ya lo están comentando en los noticieros en plena TV abierta.
Como comenta Fabio entre su detallada exposición, esta es la realidad actual y tenemos que acostumbrarnos a ella. Los memes siguen siendo graciosos pero de nicho solo tienen un par de horas antes de ser lanzados a la masvidad.
Yo en lo particular no me angustio demasiado por este tema, ni considero a la masividad algo malo per se, pero sí me duele cuando la masividad deforma, bastardea, o hasta masacra a tal punto que el meme queda asesinado. Así es como recordé unas imágenes de publicidad que habían aparecido en mi timeline de Facebook hace unas semanas:
A primera vista pensé «Epa, una marca como L’Oreal haciendo un demotivacional, esto es algo nuevo. A ver cuál es el remate…«.
Y no había remate. No era un chiste. No era un meme. Simplemente tomaron la estética de los viejos y queridos demotivacionales (que de hecho sí, empezaron como algo serio pero en el reino de Internet su cara principal es la del meme), y la aplicaron en imágenes 100% coporativas, con mensaje y logo de la marca y nada más. Algo que repiten constantemente en su página de Facebook, este es solo un ejemplo de muchos.
No sé cuál habrá sido el proceso creativo detrás de esto. Si fue intencional, si quisieron subirse a la onda de los memes y lo hicieron de la peor forma posible, o si hasta habrá sido una coincidencia. Pero en el fondo te deja la sensación de que tomaron algo muy propio de la cultura de Internet, lo despojaron de todo sentido, le sacaron su esencia, y lo terminaron de asesinar. Directamente: no lo entendieron, o no quisieron.
Como bien nos recuerda Fabio:
Regla 42 de Internet: Nada es Sagrado
Y eso aplica en los dos sentidos: nada es sagrado cuando se hace un meme con Pedobear y nos reímos (superficialmente) de un tema gravísimo. Pero de la misma forma, nada es sagrado cuando una marca, o los medios masivos, toman y terminan de destruir, a propósito o no, partes de la cultura autóctona de Internet, si es que tal cosa existe.
Y tenemos que vivir con eso.
Disclaimer: como siempre me gusta aclarar, esto no es un post en contra de L’Oreal (marca que de hecho uso diariamente) ni de la gente que se encarga de su estrategia en redes sociales. Nada más lejos de mi intención que criticar su trabajo en general, sino simplemente comentar esta acción en particular con respecto a los memes.
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